Las fiestas son un momento para disfrutar en compañía de familiares y amigos, dar y recibir regalos, y deleitarse con comida y bebidas. Pero para muchas personas, es un período que también puede provocar estrés, desilusión y fatiga, lo que la convierte en una época en que abundan los síntomas de depresión y ansiedad.

Una encuesta realizada por la American Psychiatric Association en 2021 halló que los estadounidenses tenían cinco veces más probabilidades de declarar que su nivel de estrés aumentaba durante las fiestas, en lugar de disminuir.

Por qué las fiestas pueden ser un momento duro a nivel emocional

Según el momento de la vida que se esté atravesando, las fiestas pueden resultar más estresantes algunos años que otros. Estos factores pueden incluir:

• Dinámica familiar: los conflictos intrafamiliares pueden ser difíciles de sortear y provocar niveles significativos de estrés y ansiedad.
• Separación: no poder estar con los seres que uno ama debido a motivos financieros u otras circunstancias puede hacernos sentir aislados.
• Soledad: si se han perdido seres queridos o no se tiene una familia con quien celebrar, el aislamiento también puede causar una sensación de soledad, pena y depresión, dado que durante las fiestas se hace mucho énfasis en compartir con otros.
• Dificultades financieras: las fiestas son un momento en que algunas personas gastan excesivamente en regalos, decoraciones, viajes y entretenimiento. Para muchos otros, el dinero es una preocupación constante durante todo el año y las fiestas amplifican el problema. Según la Oficina del Censo de los EE. UU., en 2023 casi el 40 % de los estadounidenses informaron que tenían dificultades para llegar a fin de mes. Hay una creciente evidencia científica de que las dificultades financieras juegan un papel significativo en la salud mental, lo que empeora la depresión y la ansiedad.
• Ansiedad social: algunas personas en realidad no quieren estar con otras, en especial si las reuniones de las fiestas desencadenan ansiedad social, una forma de ansiedad que provoca un miedo intenso ante las situaciones sociales. Puede ser difícil conocer gente nueva o participar de reuniones grandes, lo que suele abundar durante las fiestas. Es posible que la persona tema ser juzgada, humillada o rechazada, o que en las situaciones sociales presente síntomas como sonrojarse, sudar, temblar o pararse de una forma rígida.
• Traumas pasados: si en el pasado le sucedieron cosas difíciles cerca de las fiestas (como perder a un ser querido, sufrir violencia doméstica o emergencias médicas), es posible que durante esta época sufra de trastorno por estrés postraumático (TEPT), una forma de ansiedad que puede aparecer después de un trauma. Las fiestas pueden provocar flashbacks o recuerdos recurrentes, o es probable que la persona desee evitar los lugares o personas que le recuerden lo vivido.
• Trastorno afectivo estacional: en las zonas del norte, como Oregon, algunas personas pueden sufrir el trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión que se produce durante el otoño y el invierno, cuando los días son más cortos y hay menos luz solar.