La historia de Maddie: cómo la depresión y la ansiedad influyen en la experiencia adolescente

La historia de Maddie: cómo la depresión y la ansiedad influyen en la experiencia adolescente

A primera vista, Maddie parece la típica adolescente. Se pinta las uñas, va a la escuela secundaria y pasa tiempo con sus amigos. Tiene mucha personalidad, es una gran compañera y sueña con ser enfermera.

Pero a los 8 años, tuvo su primer ataque de pánico.

Ahora, a los 17, no es ajena al complejo mundo de los problemas de salud mental. Padece depresión crónica grave y ansiedad, además de trastorno de estrés postraumático. "Sabía [cuando era niña] que había luchado contra la ansiedad y la depresión por lo que me había pasado en la vida. La pérdida de mi madre. Mi padre que iba y venía. Un montón de situaciones por las que no debería haber tenido que pasar de pequeña, se repiten una y otra vez en mi cabeza".

Maddie no es la única que se enfrenta a problemas de salud mental. Casi el 50 % de los jóvenes de Estados Unidos, de entre 13 y 18 años, padecen un trastorno de salud mental. Los jóvenes también se enfrentan a tasas más elevadas de trastornos concurrentes de salud mental que los adultos. La ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático y el consumo de drogas y alcohol pueden ser comunes en los adolescentes, lo que puede provocar una gran confusión en sus vidas en momentos cruciales del desarrollo. Tal vez habría que redefinir el término típico.

Sobre la ansiedad y la depresión

A una edad temprana, Maddie empezó a perder importantes pilares de apoyo, entre ellos, su abuelo y su madre. A menudo se sentía sin rumbo. Su vida familiar no siempre era segura. Acontecimientos negativos importantes empezaron a afectar su salud mental. Al final, recurrió al consumo de drogas y alcohol para adormecerse ante las experiencias negativas.

Para Maddie, la ansiedad y la depresión son constantes y forman parte de su rutina diaria. Se despierta, mira el teléfono, se prepara y sale para la escuela, pero hay pensamientos que no puede evitar. "Me preocupa lo que piensen los demás. Apuesto a que esa persona me odia", cuenta. “En mi cabeza, nunca puedo ganar".

Puede empezar a sentirse enfadada o agobiada, en especial a la noche. "Lo peor es cuando estoy sola. Estar sola por la noche es muy difícil", afirma. La ansiedad y la depresión se sienten a menudo como un juego perdido. No importa cuántas rondas juegue o qué caminos elija: siempre están ahí para hacerle tropezar.

La ansiedad es implacable, le carcome la confianza e intenta esparcir mentiras sobre ella que solo ella puede oír. La repetición de estos pensamientos provoca días de confusión, duda y agotamiento. Con el paso del tiempo, esto la derrumba y permite que la depresión se cuele en su interior. El peso es grande, lleno de vacío. Cuando la depresión se hace insoportable, la espiral empieza a apoderarse de ella y genera un nuevo juego de supervivencia en su mente. Incluso las pequeñas interacciones o tareas, como hablar con un compañero o participar en clase, pueden parecer imposibles. Este ciclo le recuerda que está atormentada por traumas y pérdidas que a veces le parecen demasiado grandes para afrontarlos.

Recurrir a las drogas y el alcohol para sobrellevar la situación

Tras el fallecimiento de su abuelo, el consumo de drogas y alcohol era frecuente. "Él era mi hogar y, cuando me lo arrebataron, caí en una espiral que inició mi adicción", relata Maddie. Era consciente de que no era la forma correcta de actuar. "Seré sincera: la adicción no me ayudó. Era solo una forma de bloquear lo que estaba pasando". Durante ese tiempo, consumió psicodélicos, alcohol y medicamentos de venta con receta. "Cuando empecé a consumir, pensé que podría salirme con la mía. Mi padre era adicto, y nadie se daba cuenta. Pero no pensé en el hecho de que [la adicción] mató a mi mamá".

Emprendió un camino hacia alguien a quien no reconocía del todo, aunque las señales estaban justo delante de ella. "En mi cabeza, era capaz de justificarlo. No soy una adicta, ellos eran adictos. Yo no soy así".

Pero la vida cambió enseguida. Otras personas compartían una creciente preocupación por su bienestar, lo que desembocó en un enfrentamiento con un familiar.

Reconstruir su comunidad

A Maddie la enviaron a rehabilitación. Fue la llamada de atención que necesitaba y la puso en el camino de la superación. Tras la rehabilitación, recurrió a la terapia y a la medicación para mejorar su salud mental. Aunque todavía le cuesta recuperarse, mantiene la esperanza de que no siempre será así.

Maddie ahora asiste a Harmony Academy, una escuela secundaria dedicada a proporcionar un recurso educativo seguro, sobrio y de apoyo para jóvenes en recuperación. En busca de más recursos, encontró 4D Recovery, un centro juvenil que ofrece servicios de recuperación entre pares, apoyo social y familiar, y actividades extraescolares. Con acceso a estos espacios que definen su vida, Maddie puede ocuparse de su salud mental sin el obstáculo que implica el consumo de drogas y alcohol. "No se puede construir una casa sobre cimientos poco firmes. Cuando se tiene esa base de trauma, no se pueden construir nuevas experiencias sobre ella", afirma.

Maddie sigue trabajando para alcanzar su realidad ideal y ha recorrido un largo camino. Es persistente a la hora de encontrar formas de superarlo todo.

Fuera de la atención clínica, tiene muchos mecanismos de afrontamiento y personas de apoyo en su vida: tiene a su familia y a su novio, y disfruta de ver televisión, cocinar y preparar té para tranquilizarse. Los recursos y mentores de 4D Recovery y de Harmony Academy le recuerdan que no está sola en su experiencia. Por la noche, si se siente sola, le da una golosina a su perro a cambio de los mimos que tanto necesita.  

Quizá lo más importante sea que Maddie tiene a su "persona de consuelo", alguien a quien considera esencial para su crecimiento. "Es alguien en quien puedo confiar, y puedo decirlo con el corazón", comenta sobre una compañera de 4D Recovery. Se basa en eso para seguir construyendo su comunidad. "Siempre estoy ahí para mis amigos. Si necesitan algo, siempre pueden acudir a mí", asegura. "Hay ayuda, solo hay que encontrar a la persona adecuada".

Maddie ha descubierto que otros adolescentes que atraviesan situaciones similares buscan la conexión, la comprensión y el diálogo de sus compañeros, algo que ella considera muy importante para afrontar los problemas de salud mental.

Consejos para padres de adolescentes

Maddie tiene algunos consejos claros para los padres que ayudan a sus hijos a superar los desafíos: "No les griten a sus hijos por no saber sobrellevar ciertas situaciones. No les digan que no es real. Muéstrenles apoyo, pero no les obliguen a seguir un tratamiento de salud mental: no funcionará si ellos no lo quieren", explica. Los adolescentes que se enfrentan a estados emocionales complejos y no cuentan con el apoyo adecuado de sus padres corren un mayor riesgo de tener una peor salud física y mental.

Maddie ha descubierto que, si bien el consumo de drogas y alcohol no ayuda en este proceso, la presión o la falta de apoyo de los padres tampoco lo hace. De hecho, amplía la brecha en las relaciones. "Cuando su hijo adolescente le hable de estos problemas, evite enfadarse y céntrese en escucharle", aconseja. Tómese su tiempo para calmarse antes de reaccionar ante situaciones muy emotivas. Puede ser la diferencia entre una interacción sana y otra insana con un adolescente, y ayudar así a sentar una mejor base de confianza y comunicación de cara al futuro.

Volver a presentar a Maddie, la optimista

Ahora que lleva más de un año recuperándose, Maddie está logrando los avances que esperaba, y se siente segura de su proceso de recuperación y de su capacidad para mantener la salud mental. Está segura y emocionada de compartir su viaje con los demás. Se ríe, anima a sus amigos y gesticula alegremente con las manos mientras habla. No siempre es fácil lidiar día a día con la salud mental, pero ha encontrado una perspectiva que merece la pena compartir. "Sigo teniendo ansiedad y depresión, pero cada vez es más fácil. Hoy es un nuevo día. Mañana será un nuevo día. Intento permanecer en el presente". Esta adolescente típica tiene mucho por delante.

No tiene que atravesar este momento solo

CareOregon lleva mucho tiempo colaborando con la comunidad y apoyando a 4D Recovery Youth Center.

CareOregon trabaja arduamente para garantizar que sus miembros y comunidades tengan acceso a recursos de salud mental de alta calidad.

Si usted o un ser querido está teniendo problemas de salud mental, o en recuperación, visítenos en línea para obtener más información y encontrar recursos. Si es miembro de un Plan de Salud de Oregón (OHP), hay diversos servicios que tienen cobertura. Obtenga más información en nuestra página de Salud mental y tratamiento del consumo de drogas y alcohol.




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